Muy buenas y bienvenido a la Crónica Semanal 22 de la Taberna de Lolin. Una sección en la que hacemos balance de las partidas jugadas durante la semana a este sano entretenimiento y destacamos algo de cada una de ellas. Esta semana estuve de vacaciones en un hotel y por desgracia no pude sacar ningún juego de mesa. Y no fue por falta de ellos, pero el grupo con el que estaba tenía niños muy pequeños, así que era misión imposible sacar algo a mesa. Por suerte, el martes hubo quedada con amigos, donde pude jugar a The Island a cuatro jugadores, además de probar dos juegos de un amigo, Skyjo y The Red Cathedral.
The Island
Como os comentaba, el martes tuvimos tarde de jornada lúdica con mi grupo de amigos: Laura, Óscar y Toni. Empezamos jugando a The Island. Diseñado por Julian Courtland-Smith y publicado por primera vez en 1982. Encarnaremos a un grupo de expedicionarios que tratan de huir de una isla que se hunde portando los tesoros que han encontrado. Para salvarse deben cruzar el mar y llegar a la costa, evitando a las criaturas que habitan los mares. En cada turno, los jugadores podrán mover a sus exploradores para escapar de la isla (construida mediante losetas). Luego quitarán una loseta de la isla y activarán un efecto dependiendo del anverso de dicha loseta. Al final del turno, cada jugador lanzará un dado y según el resultado, podrá controlar a una de estas criaturas para moverla e impedir que sus competidores salven a sus exploradores.
Ya había probado este clásico a dos y a tres. A dos me parece un juego muy descafeinado y a tres se puede llegar a vislumbrar su potencial, especialmente porque se pueden formar alianzas para compartir barcos y salvar exploradores. Pero es a cuatro cuando se disfruta al máximo. Se convierte en una lucha encarnizada en la que como vayas por tu cuenta, es muy probable que el resto de jugadores fijen sus ojos en ti y quieran evitar que salves a tus exploradores. Así que es casi recomendado ir con algún compañero compartiendo barco para que al unir fuerzas sea más fácil salvarse. Aunque son alianzas efímeras, porque una vez que habéis conseguido vuestro objetivo, volveréis a intentar fastidiaros. Ni en Juego de Tronos se ven puñaladas así. Pero es lo que tiene el juego, que te invita a fastidiar al resto si quieres ganar.
En cuanto a la partida, fue el debut del juego en mi grupo de amigos. Empezamos jugando un par de rondas de tanteo. Te hundo una loseta donde tienes un explorador, te mando a la ballena para que te hunda el barco y tengas que nadar hasta la costa,… Hasta ahí todo risas, pero cuando apareció el primer tiburón y se zampó a un rival, se abrió la veda. Es una salvajada la de peones que fueron devorados. Creo que lo más gracioso de la partida fue el coordinarnos entre Laura, Toni y yo para hacer que una serpiente marina hundiera y devorará el barco con tres exploradores de Óscar. Las risas del momento y el pique no están pagados. Al final la partida se la llevó Laura por 14 puntos, seguida por Óscar con 12, yo con 11 y Toni con 5. Al pobre lo masacramos.

SKYJO
Luego fue el turno de jugar a Skyjo. Juego de cartas con mecánica de robo y descarte. Diseñado por Alexander Benrhardt. Se reparten doce cartas a cada jugador, que las colocarán de manera oculta en una cuadricula de 3×4. Cada jugador destapa dos de ellas para elegir quien empieza. En cada turno, el jugador deberá robar una carta del mazo o del descarte y luego podrá intercambiarla por una carta de su cuadrícula, destapada u oculta. Si la carta descartada es del mazo de robo, estará obligado a destapar una carta oculta de su cuadrícula. Cuando un jugador destape todas sus cartas, el resto de jugadores tendrá un turno adicional. Luego, se contabilizará el valor de todas las cartas de la cuadrícula. Cuando un jugador llegue a 100 se acabará la partida, siendo el que menos puntos tenga el ganador.
Estamos ante un filler de cartas familiar bastante entretenido. Muy en la línea de juegos como UNO, que se explican de manera sencilla, ideales para echar unas risas con la familia y que se pueden llevar a cualquier sitio por el poco espacio de su caja. Probablemente su mayor defecto y el de los juegos de su estilo es la rejugabilidad. No es mi estilo de juego pero tener un par de estos juegos cuando viene visita a casa nunca está de más. En cuanto a la partida, de nuevo victoria para Laura, que gano con 66 puntos y con bastante distancia del resto. Tenia una tarde mágica.

THE RED CATHEDRAL
Por último, cerramos la tarde jugando a The Red Cathedral. Juego con mecánicas principal de rondel y colocación de trabajadores mediante el uso de dados. Los jugadores ayudarán en la construcción de la Catedral de San Basilio. En cada turno se podrá hacer una de entre tres acciones: 1) Reclamar una zona de construcción de la catedral. 2) Mandar recursos a las secciones asignadas. 3) Ir al rondel para mover los dados y conseguir recursos. Cuando un jugador haya construido todas las secciones que ha reclamado de la catedral, se jugará un turno adicional y se procederá a la puntuación final.
Lo primero que me sorprendió cuando Óscar abrió The Red Cathedral es que en una caja muy pequeña había una cantidad de tableros y fichas que no parecía normal. Sacó más cosas de la caja que Doraemon de su bolsillo. Volviendo a las mecánicas del juego, al principio cuando me lo explicaba me quedo la cabeza turuleta. La base del juego es sencilla, teniendo tres opciones disponibles en cada turno. La mayor dificultad y que quizá sea la parte liosa son las pequeñas normas que tiene cada una. Detalles como tirar los dados cuando usas su acción o el estar pendiente del color del dado por si activas bonificaciones. Son pequeñas normas que muchas veces se olvidan, aunque me imagino que con un par de partidas se soluciona.
Tengo que decir que me gustó mucho el juego en esta primera partida. Me dejó regustito de querer jugar otra, lo cual siempre es bueno. Quizá lo más negativo que le puedo poner es el sistema de puntuación final, que me pareció un poco engorroso. En cuanto a la partida, victoria para Óscar, que recortó mi sprint inicial y se alzó con la victoria. Tendré que pedir que lo vuelva a traer para catarlo más a fondo.

Con esto terminamos esta Crónica Semanal. Espero que paséis una buena semana. ¡Os mando un fuerte abrazo y a cuidarse mucho!