Los juegos de mesa han sido el hobby de muchos niños y no tan niños desde hace muchísimo tiempo. Es una buena manera de reunir a la familia o a los amigos para pasar un buen rato. Raro es encontrar a alguien que no haya jugado alguna vez a un juego de mesa, ya sea un Parchís, un Monopoly o tal vez al ajedrez. Es un pasatiempo que en algún momento de nuestras vidas hemos conocido. Incluso ahora que estamos viviendo un auge del ocio y entretenimiento a través de Internet, los juegos de mesa siguen aguantando el tipo.
PRIMEROS REGISTROS
¿Pero alguna vez te has parado a pensar cuándo nacieron los juegos de mesa? ¿En qué momento la humanidad comenzó a pensar en formas de entretenerse creando juegos? Quizá creas que este tipo de ocio tiene unos pocos centenares de años de existencia, pero en realidad los humanos llevamos jugando desde tiempos prehistóricos. En concreto todo empezó con unos dados. Un elemento que en muchos juegos actuales son parte fundamental de sus mecánicas.
Los primeros registros que hay de juegos de mesa datan de una antigüedad de 5.000 años. En el túmulo funerario de Başur Höyük, al sureste de Turquía, se encontraron una serie de 49 piezas talladas y pintadas en piedra. Así que incluso antes que la humanidad conociera el papiro y la escritura, ya existía algún tipo de juego de mesa utilizando dados. Por desgracia, se desconoce exactamente como se jugaba.

Piezas similares se encontraron en Siria e Irak, lo que ha llevado a pensar que el origen de los juegos de mesa se encuentra en el Creciente Fértil. Esta regio incluye los alrededores del Nilo, el Tigris y el Éufrates. Se sabe que además de piedra, se utilizaba otros materiales como madera, huesos y conchas.

En Mesopotamia, también en el Creciente Fértil, se encontraron dados creados pintando un único lado de unos palos planos. Estos palos se lanzaban como se lanzan en la actualidad los dados, así que es lógico pensar que así dio inicio todo. Luego evolucionaron durante la época del Imperio Romano, lo que derivó en el famoso dado de seis caras que ha llegado hasta nuestros días.

LOS JUEGOS DE MESA Y LOS DIOSES
El juego más antiguo del que hay registro es Senet, fechado alrededor del 3.000 antes de Cristo. Senet era un juego de mesa popular entre los faraones del Antiguo Egipto. Especialmente porque lo asociaban como una herramienta espiritual para garantizar el favor de los dioses. Era un elemento que estaba estrechamente ligado con el destino. Obtener una victoria era obtener la protección de los dioses Ra, Thoth e incluso Osiris, como se menciona en el Libro de los Muertos.
Senet se jugaba usando unos contadores y lanzando unos palos, utilizando como elemento principal una pieza con tres hileras y distintos tipos de figuras. Se han encontrado muestras tanto en pinturas como en antiguas tumbas de Egipto. Por desgracia, las reglas exactas no se conocen, aunque existe en la actualidad una versión de este juego adaptado con las reglas que se supone se utilizaban en la antigüedad.

Otro de los juegos de mesa que datan de ese periodo y que creían tenía una conexión espiritual con los dioses es Mehen. Aunque las reglas tampoco se conocen con exactitud, si que se sabe que el tablero estaba basado en Mehen, la deidad que se representa como una serpiente gigante enrollada en el Dios del Sol, Ra. Se cree que el juego de Mehen se parecía mucho a otro juego de origen árabe, Hyena. En este juego, los jugadores tenían seis canicas y una figura de un león. Mediante el uso de unos dados con forma de palo, cada participante debía mover sus canicas por el camino de la serpiente en una carrera hasta llegar al centro. Una vez que lo alcanzaba, debían volver al inicio. Así se activaba el uso de la pieza del león, que permitía capturar las canicas del rival.

El último juego de mesa de esa época del que hay constancia y que se sigue jugando aún en nuestros días es El Juego Real de Ur. En este caso, estamos ante un juego que era accesible para la plebe y no solo para los faraones y la clase alta como ocurría con Senet y Mehen. El Juego Real de Ur es una carrera en la cual los jugadores compiten usando dos conjuntos de tres dados con cuatro caras y siete marcadores. Es un juego que equilibra la suerte y la estrategia y también tenia connotaciones espirituales. Se creía que el juego era un espejo a través del cual los jugadores podían vaticinar su futuro. Como dato curioso, en la tumba de Tutankamón se encontró un conjunto de este juego.

LA LLEGADA DEL BACKGAMMON
Ludus Duodecim Scriptorum era un juego de mesa popular en la época del Imperio Romano. Traducido como el juego de las doce marcas, probablemente refiriéndose a las tres hileras de doce marcas que se encontraban en los tableros que han llegado hasta nuestros días. A su vez, el juego Tabula es considerado como el descendiente de este y ambos tienen similitudes con el Backgammon moderno. Por su parte, las reglas del Ludus Duodecim Scriptorum nos presentan un juego prácticamente igual que el mencionado Backgammon. Las pocas diferencias se encuentran en el uso de los dados (tres en el Ludus y dos en el Backgammon) y en la colocación inicial de las fichas que los jugadores tienen que quitarse para obtener la victoria.
La popularidad del Backgammon comenzó a ser notoria a mediados de 1960. Probablemente y en parte gracias al carisma del Príncipe Alexis Obolensky, quien fue apodado el «Padre del Backgammon Moderno«. Él estableció las normas oficiales para el juego, que se mantienen aun en día, y fundó la Asociación Internacional de Backgammon y el Club Mundial de Backgammon en Manhattan. En esta misma ciudad se celebró el primer torneo mundial de este juego de mesa en 1964, lo cual atrajo el interés de la realeza, celebridades y la prensa.

LOS INICIOS DEL AJEDREZ
Alrededor del 1.300 A.C apareció en el Imperio Romano un juego de estrategia militar para dos jugadores llamado Ludus Latrunculorum. Traducido como el juego de los ladrones. Se desarrollaba en un tablero de damas y su concepto principal era el de arrinconar las piezas enemigas, de un color, utilizando dos propias, de un color diferente. Esta base se cree que sería la base para la creación en el futuro del ajedrez y las damas, ya que comparten elementos como el tablero, el mecanismo de captura de piezas y las propias fichas.
A su vez, se cree que las bases del Ludus Latrunculorum provienen del Petteia, juego de mesa practicado por los griegos. De este juego se han encontrado representaciones en ánforas donde se puede ver a Aquiles y Ajax, héroes conocidos por los relatos de La Ilíada, jugando a este juego de mesa. También se han encontrado fragmentos del tablero en las excavaciones de Troya.

LOS JUEGOS DE MESA Y LOS NIÑOS
Como podéis apreciar, en la antigüedad los juegos de mesa eran un pasatiempo para adultos. Aunque como era de esperar, a medida que las raíces de estos juegos se asentaban en la sociedad, este entretenimiento fue paulatinamente adoptado también por los niños. A pesar de que no es un juego de mesa, al menos no técnicamente, uno de los primeros juegos que tienen ciertas similitudes con este concepto es la Rayuela.
Las primeras referencias que hay sobre este juego datan de alrededor del 500 A.C y nos confirman que los niños romanos ya lo jugaban. A pesar de que hay muchas variantes alrededor del mundo, las principales reglas se han mantenido inalteradas con el paso del tiempo. El primer jugador lanzaba un marcador (generalmente una piedra) en el primer recuadro. El marcador debía caer sin tocar ninguna línea ni salirse y a continuación el jugador tenia que recorrer el camino, saltando el recuadro que contenía el marcador.

JUEGOS DE MESA EN LA CULTURA ORIENTAL
Los juegos de mesa estuvieron presentes mucho antes del 400 A.C en la cultura asiática, pero en su mayoría eran simples interpretaciones de los juegos de Oriente Medio. En esa fecha todo cambio con la aparición de Liubo, el que es considerado como el primer juego de mesa creado en Asia. Liubo era un juego para dos en el cual cada participante tenia seis piezas que debía mover por los puntos de un tablero cuadrado con un patrón simétrico. Estos movimientos se decidían lanzando un palo que hacia de dado de seis caras.
Liubo se convirtió en un juego tremendamente popular en la época de la Dinastía Han pero su fama se apagó casi al mismo tiempo que la propia dinastía. Se especula que la principal causa de su desaparición fue la creciente popularidad de otro juego, Go. A pesar de ello, se han encontrado gran variedad de fichas y tableros del juego en las tumbas de la Dinastía Han. Los tableros se creaban a partir de madera y piedras, rematado con piezas de bronce. Su principal característica era el patrón tallado o dibujado en su superficie.

Aquí concluye esta primera parte de la historia y orígenes de los juegos de mesa. La próxima semana continuaremos con esta entrega. Espero que la hayáis disfrutado. Un fuerte abrazo y cuidaros mucho.
Me ha encantado el artículo, deseando q llegue la 2 parte
Tq
Me alegra que te haya gustado 🙂 Yo también te quiero, pero basta, eh?