Reseña: Patchwork

Reseñas

Patchwork es una técnica de costura en la que se van cosiendo trozos de tela unos a otros para crear una pieza más grande. Antiguamente, era una manera de reutilizar retales de tela sobrantes para crear ropa y colchas. Hoy en día, el Patchwork se considera un arte, en el cual se usan telas de calidad para crear un bello diseño. Piezas de diferentes telas producen unos resultados que pueden llegar a considerarse verdaderas obras de arte.

Elaborar una preciosa colcha requiere mucho tiempo y esfuerzo, puesto que los retales disponibles no encajan fácilmente. Escoge tus parches sabiamente, colócalos en tu colcha, acumula una gran reserva de botones y no dejes demasiados huecos… o te costarán la partida.

Así se nos presenta Patchwork, un juego de colocación de poliominós exclusivo para 2 jugadores. Diseñado por Uwe Rosenberg, autor de otros títulos como Agrícola, Le Havre o Caverna. Fue lanzado por primera vez en 2014 por Lookout Games. Maldito Games se encargó ese mismo año de distribuirlo en español, aunque es un juego independiente del idioma salvo por el reglamento. Tiene una duración estimada de partida de menos de 30 minutos y una edad mínima sugerida de ocho años. Su precio de venta recomendado es de 18€.

Tablero central de Patchwork y losetas con forma de parches.

CONTENIDO

  • 1 Tablero Central
  • 2 Tableros-Colcha
  • 1 Peón
  • 33 Parches
  • 5 Parches de Cuero
  • 1 Loseta 7×7
  • 50 Fichas de Botón
  • 1 Reglamento

MECANICAS

Patchwork es un juego abstracto de colocación de poliominós. Los jugadores deberán de intentar rellenar su tablero personal con los distintos parches que hay distribuidos por la mesa para hacer una colcha. Estos parches (losetas) se podrán adquirir pagando botones y tiempo. Además de para comprar losetas, los botones también se utilizarán para contabilizar los puntos de victoria, siendo ganador aquel que tenga más al acabar el juego. Eso sí, hay que tener cuidado con los espacios que dejamos en blanco en nuestro tablero, ya que nos restarán botones en el recuento final.

Paso a explicar la preparación y desarrollo de la partida. Cada jugador dispondrá de un tablero personal y cinco botones. Se situará el tablero en el centro de la mesa, donde colocaremos los parches de cuero en los recuadros señalizados. También colocaremos los marcadores de tiempo de cada jugador en la casilla de salida. Luego, se formará un círculo alrededor del tablero con todas las losetas de parche distribuidas al azar. Por último, se colocará el peón delante de la loseta más pequeña, que mide 1×2.

Es importante destacar que los jugadores jugarán hasta que su marcador de tiempo supere en el tablero al del rival. Eso implica que puede darse la situación en que un jugador realice varios turnos seguidos antes de ceder el turno de juego a su contrincante. En cada uno de estos turnos se podrán hacer dos acciones: Avanzar o Comprar una loseta. Si avanzamos, lo que haremos será mover el marcador de tiempo justo delante de la casilla de nuestro rival. Por cada casilla recorrida obtendremos un botón. Por lo tanto, al haber rebasado al otro jugador, será su turno de jugar.

En el caso de comprar lo que haremos será adquirir una de las tres losetas que están a continuación del peón que hemos colocado en la zona de los parches. Moveremos el peón hasta el parche deseado y lo compraremos pagando la cantidad de botones y tiempo que salgan reflejados en la etiqueta del parche. El pago de botones lo haremos al momento con esta moneda. A continuación colocaremos el parche en nuestro tablero en cualquier parte que queramos, aunque sin salirnos del tablero ni poniéndolo encima de otros. Una vez colocado, haremos el pago de tiempo, avanzando nuestro marcador en el tablero central.

Del tablero central dos cosas que reseñar. Tendremos varios puntos que nos otorgarán bonificaciones al cruzarlos. Por un lado tenemos los puntos en los que encontramos un botón dibujado en el tablero. Cuando nuestro marcador lo cruce, ganaremos tantos botones como botones tengamos dibujados en todos los parches de nuestro tablero personal. Por eso es importante mover el marcador después de colocar la loseta y no antes, ya que si cruzamos uno de estos puntos, los botones que figuren en la loseta se tendrán en cuenta a la hora de cobrar. El otro punto de bonificación viene representado por unos parches de cuero distribuidos por el tablero. El primer jugador que sobrepase un parche, lo ganará y deberá de colocarlo inmediatamente en su tablero. Nos servirán para tapar huecos en nuestro tablero-colcha.

Por último, el primer jugador que consiga rellenar en su tablero personal una zona de al menos 7×7 cuadrados obtendrá esta loseta de bonificación. La loseta cuenta como 7 puntos al final de partida y no se puede utilizar para comprar parches. Cuando los dos jugadores lleguen el centro del tablero de tiempo, la partida habrá acabado. Se procederá a contar los botones y la loseta de bonificación (el que la haya obtenido). A esta puntuación le restaremos 2 puntos por cada casilla sin rellenar de nuestro tablero personal. El jugador con más botones gana la partida.

Visualmente es un juego muy colorido.

DIVERSION Y REJUGABILIDAD

Mi padre siempre ha sido un gran aficionado del Tetris. Un juego que se basa en algo tan simple como es el colocar poliominós. Y sinceramente, aunque he jugado nunca he entendido la gracia de repetir una y otra vez lo mismo. Si, las piezas cambian en cada partida pero realmente siempre estás haciendo lo mismo. Entonces, ¿por qué el Tetris es un juego tan adictivo? Me puse a curiosear un poco por las redes y hay una teoría llamada el efecto Zeigarnik» que intenta dar explicación a este fenómeno. De manera muy, muy resumida, si nuestro cerebro ve una tarea incompleta, comenzará a prestarle más atención hasta conseguir resolverla.

¿Es posible que un efecto parecido se produzca cuando jugamos a Patchwork? ¿Será que ver nuestro tapiz incompleto nos crea un gusanillo que nos devora por dentro con el único deseo de ver acabada nuestra obra? Porqué os aseguro que leyendo el reglamento, que es bien sencillo, uno no piensa que pueda haber algo interesante detrás. Pero sí que lo hay. Es colocar la primera pieza y ya estás mirando en la mesa cual podrías escoger a continuación para ir tapando tu tablero-colcha. Así, con esta poquita cosa arranca un juego de lo más entretenido y adictivo. Y pensad que os estoy hablando de una primera partida que hace de toma de contacto del juego. Probablemente al principio solo pensarás en tapar lo máximo posible y poco más.

El siguiente nivel ya no es solo pensar en tapar el tablero sino también intentar deducir que losetas va a adquirir tu rival, cuales vas a tener disponible en tu siguiente turno, si te bastarán los botones para conseguirla, si vale la pena comprar esta o aquella en ese momento concreto del juego,… Cada partida se siente como un rompecabezas de 20 minutos que tenemos que resolver. Eso si, no esperéis un juego con una profundidad mecánica gigantesca. Es un juego ligero que os servirá para abrir o cerrar sesiones de juego. Y eso lo hace de fabula. No es un juego para pasarse una tarde entera jugando. Hacerlo es correr el riesgo de quemarlo.

Yo llevo más de 20 partidas al juego y ahora sale bastante menos a mesa que durante los dos primeros meses de vida. Cosa que me parece normal. Es un juego ligero cuya rejugabilidad se sustenta en el pique con tu rival y quizá en intentar mejorar tu puntuación. No vais a descubrir nuevas estrategias o combos, pero si alguien me dice de echar una partida siempre diré que si. Es empezar y el gusanillo me hace desconectar y centrarme en escoger losetitas. Eso si, no os paséis jugando partidas día tras día porque lo podríais quemar. En pequeñas dosis es como más se disfruta y como más os aguantará en vuestra ludoteca.

Por ponerle cosas negativas, decir que habrá jugadores que sientan que el juego es un simple ejercicio de valorar recursos y escoger el más eficiente. Así hasta acabar y sumar los puntos. Y no lo puedo rebatir. Puede ocurrir que sientas el juego como un ejercicio matemático. A mi me ha pasado alguna vez, especialmente en el final de partida, cuando intento maximizar los botones, pero ya os digo que es algo puntual. No estoy en cada turno así, pero soy consciente de que es una sensación que se puede llegar a producir.

Como os imaginareis, el tema está pegado y cosido como los parches del propio juego. Eso no quita que la temática encaje a la perfección con el juego. Losetas con forma de parches y colcha con nuestro tablero. Fantástico. Pero sigue siendo un abstracto, un juego en el cual la temática no afecta a su desarrollo.

ASPECTO Y COMPONENTES

En el apartado principal artístico tenemos a Klemens Franz y tengo que decir que visualmente el juego es muy vistoso. Las losetas de parches tienen colores muy llamativos y convierten el juego en algo muy agradable a la vista. Tanto con la preparación inicial y, sobre todo, cuando empezamos a montar nuestra colcha. Además, las losetas tienen un grosor muy bueno, por lo que nada que objetar en este aspecto. Lo mismo va para las fichas de botones y de cueros.

De los tableros que tiene el juego me quedo sin ninguna duda con el colorido tablero de marcador de tiempo. Tiene dos caras, pero hay una que si bien me parece más funcional a la hora de contar los movimientos me llama menos la atención. Aquí también tenemos un buen grosor del cartón. Por último, las fichas de madera de cada jugador y en especial la del peón son de muy buena calidad.

¿Dónde podría colocar este parche?

CONCLUSIONES

Patchwork es un juego con mecánicas sencillas pero elegantes y que te da la sensación de tener en cada partida un rompecabezas distinto por resolver. Eso lo hace tremendamente adictivo, dejándote siempre con ganas de echar una partida más. Eso también puede jugar en su contra, ya que si se abusa de él se puede quemar. Aunque teniendo en cuenta su precio, si buscáis un filler y las partidas a dos son habituales, este juego es una maravilla en ese rango.

Reseña: Patchwork

7.9

Mecánicas

7.8/10

Aspecto / Componentes

8.3/10

Diversión

8.1/10

Rejugabilidad

7.2/10

A favor

  • Muy fácil de explicar. En tres minutos está todo dicho y puedes empezar a jugar.
  • Tremendamente adictivo. Siempre dan ganas de echar una partida más.
  • Visualmente es muy llamativo, con una calidad de componentes alta teniendo en cuenta su precio.

En contra

  • No es un juego para pasar una tarde entera o para abusar de él. Si no se toma en pequeñas dosis se puede quemar muy rápido.

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