Reseña: Santiago de Cuba

Reseñas

Bienvenido a Santiago, la segunda ciudad más grande de Cuba. Resuena en las calles el murmullo caótico del comercio. Los buques de carga salen y entran constantemente del puerto. La demanda de productos locales como frutas exóticas, azúcar, ron, tabaco y puros es continua e imprescindible. En tu tarjeta de visita dice: «agente comercial», pero en realidad vienes a trapichear con los lugareños y a sobornar a los funcionarios para conseguir mercancías que demandan los siempre presentes buques de carga. Tu capacidad para hacerte con esas mercancías dependerá de tus contactos. Si eres el mejor en aprovechar las siempre cambiantes oportunidades que se presentan e inviertes tu dinero con más inteligencia que tus compañeros, saldrás victorioso.

De esta manera se nos presenta Santiago de Cuba. Diseñado por Michael Rieneck y publicado en 2011. Ha sido ganador de Juego del Año 2012 en España. De su distribución en español se encarga Ludonova, aunque es un juego independiente del idioma salvo por el reglamento. Permite partidas de 2 a 4 jugadores, con una edad mínima sugerida de 10 años y una duración estimada de partida de entre 40 y 60 minutos. Su precio de venta recomendado es de 19,95€.

Contenido de Santiago de Cuba

CONTENIDO

  • 1 Tablero de Juego
  • 4 Pantallas
  • 12 Piezas de Edificio
  • 9 Piezas de Ciudadano
  • 4 Peones
  • 12 Fichas de Propiedad (3 de cada jugador)
  • 5 Dados Especiales de 6 Caras
  • 48 Mercancías
  • 1 Contador de Valor de Mercancías
  • 60 Fichas de Puntos de Victoria
  • 36 Monedas
  • 1 Coche
  • 1 Barco


DESARROLLO DEL JUEGO

Santiago de Cuba es un juego con mecánicas principales de recogida y entrega y colocación de trabajadores. El objetivo del juego es ser el jugador que consiga más puntos de victoria. Todos los jugadores compartirán el uso de un taxi. En cada turno, cada jugador moverá el taxi y visitará un edificio con su trabajador. Dependiendo de la casilla de personaje donde se pare el taxi, el jugador obtendrá distintos recursos. Luego, dependiendo del color de la casilla, el jugador deberá mover su peón a un edificio que comparta color con la casilla, permitiéndole realizar la acción correspondiente. De este modo, cada jugador irá recogiendo mercancías para posteriormente entregarlas en un barco, permitiéndole así obtener los deseados puntos de victoria.

Esto es a grandes rasgos un resumen de las mecánicas del juego. Pasemos ahora a entrar más en profundidad en los distintos elementos de Santiago de Cuba y en las mecánicas del juego. Cada turno tendrá siempre dos fases: Conducir el taxi y Visitar un edificio. El movimiento del taxi será compartido y nos permitirá pararnos a obtener recursos según el ciudadano que visitemos en el puerto. Moveremos el taxi siempre en sentido horario, siendo gratis su movimiento si lo desplazamos una casilla pero pagando una moneda por cada casilla adicional que deseemos moverlo. En caso de detenernos en la casilla de puerto, activaremos una ronda de carga. En ese momento, todos los jugadores podrán entregar mercancías al barco. Si la saltamos, volveremos al inicio del muelle.

De este modo vamos con el principal elemento del juego: el barco de mercancías. Al inicio de cada ronda se lanzarán los cinco dados (cada dado representa una mercancía) y se colocarán cuatro en el barco. El valor de los dados representa la demanda de mercancías que los jugadores deberán de satisfacer en esa ronda. Al inicio de la ronda se colocará el marcador de valor de mercancía en dos, siendo estos los puntos de victoria que obtendremos por cada mercancía vendida en la ronda de carga. Si el taxi de una vuelta al muelle sin detenerse en la casilla del puerto, el marcador de valor aumentará en un punto, permitiéndonos obtener mas puntos por mercancía vendida. La ronda terminará cuando todas las mercancías del barco queden a cero o si un jugador desplaza el valor de mercancías más allá del cuatro.

El juego queda muy bien presentado sobre la mesa.

La segunda parte de cada turno será la de mover obligatoriamente a nuestro trabajador. Dependiendo del ciudadano donde nos paremos con el taxi, tendremos acceso a tres edificios de su color. En los edificios tendremos acceso a todo tipo de acciones. Podremos obtener monedas y puntos de victoria, podremos entregar una mercancía de manera directa (sin detener el taxi en el puerto), modificar el valor del marcador de mercancía,… Pero sobre todo, en estos edificios podremos convertir algunas mercancías en otros productos.

En Santiago de Cuba tenemos seis tipos de mercancías: caña de azúcar, cítricos, tabaco, ron, puros y madera. Los ciudadanos que encontramos al mover el taxi podrán entregarnos caña de azúcar, tabaco, cítricos y madera. Si queremos ron y puros, deberemos conseguirlos usando los edificios. Entregaremos en los edificios correspondientes caña de azúcar para producir ron o tabaco para producir puros. La madera, por su parte, es un producto «comodín», pudiéndose entregar en el barco sustituyendo otra mercancía pero obteniendo únicamente un punto de victoria.

Como últimos detalles a resaltar del juego. Uno de los ciudadanos nos permitirá comprar edificios, lo que nos otorgará puntos de victoria siempre que un rival lo utilice y también nos permitirá su uso sin tener que colocar nuestro trabajador en el mismo. El juego acabará en la séptima ronda, una vez que el séptimo barco haya zarpado del puerto.

Esconderemos nuestros recursos detrás de un coche, para que nuestros rivales no sepan que tenemos.

VALORACIÓN

Siempre al explicar un juego intento no alargar demasiado la explicación pero me gusta que las principales mecánicas queden reflejadas. Hoy os puedo decir que apenas me he dejado detalles, siendo prácticamente lo que resta pequeñas normas sobre el uso de personajes, edificios, mantenimiento entre rondas y poco más. Estamos ante un juego sencillísimo. Al menos en cuanto a explicación. El propio reglamento ocupa ocho paginas y te lo deja todo muy claro. Santiago de Cuba está a medio camino entre un eurogame ligero y medio en cuanto a carga conceptual.

Pero aunque sea un juego sencillo de explicar hay un elemento que modifica cada partida y es la distribución de los ciudadanos y edificios. Esta distribución se hace al azar al empezar, por lo que cada ciudadano estará siempre en un puesto distinto y lo mismo ocurre con los edificios. Al cambiar su distribución, en cada partida los ciudadanos te permitirán utilizar distintos edificios, por lo que hay que adaptarse. Si bien esta aleatoriedad es un punto favorable a la hora de valorar su rejugabilidad, hay que tener en cuenta que ahí acaba toda su andadura en este aspecto. Todas las fichas de ciudadano y edificios salen en cada partida, por lo que verás todo lo que te ofrece el juego en un par de partidas.

La escalabilidad es otro de los elementos a tener en cuenta. El uso del taxi de manera compartida provoca que no se juegue igual a dos que a cuatro jugadores. Para mi gusto, a dos es como más rinde Santiago de Cuba, ya que al pararte tienes que pensar como favorecer lo menos posible a tu rival y a la vez, intentar calcular donde se detendrá para planificar tu siguiente turno. Habrá gente que con tres lo disfrute también, ya que un adversario más añade un poco más de descontrol a tu planificación, pero a cuatro no lo recomendaría. No porque no funcione, sino porque no hay planificación alguna que hacer. El juego te lleva a ti y creo que pierde su encanto.

Todo estas pegas que parece que le estoy sacando no evitan que lo valore como un gran juego para introducir a algún amigo o familiar en el mundillo de los juegos de mesa. Tanto por su sencillez en mecánicas y lo bien hiladas que están como por ese plus que te da cuando empiezas a jugar mirando tu juego y el de tu rival. Yo lo he sacado con mi suegra de cincuenta y largos y lo asimiló enseguida, quedándose contenta con la partida. En cambio, si ya tienes cierto bagaje, se te quedará corto enseguida.

En el apartado de componentes tenemos unas ilustraciones que cumplen muy bien. Me gusta el aire vintage que le dan al juego, ambientándolo en la época. Por su parte, la calidad de los materiales es fantástica. Nos encontramos con un producto con un buen acabado en las fichas de madera y el propio tablero. Aunque lo verdaderamente destacable es su precio. Tener un juego de esta calidad de materiales y que funcione bien por 20 euros me parece una pasada. La pena es que es un juego difícil de encontrar en el mercado, aunque está pendiente una reimpresión (sin fecha de publicación en el momento de escribir estas líneas).

Al detener el taxi en Miguel, deberemos de colocar a nuestro trabajador en uno de los edificios con la rosa violeta. Ambos elementos se cambian en cada partida.

CONCLUSIONES

Santiago de Cuba me parece un fantástico juego si buscas algo económico para introducirte en los juegos de mesa. Mecánicas sencillas que funcionan perfectamente y fácil de explicar pero con cierto componente estratégico a la hora de planificar tus movimientos. Por desgracia no escala del todo bien y para gente con experiencia en otros juegos es probable que se les quede corto enseguida.

Reseña: Santiago de Cuba

7.2

Mecánicas

7.5/10

Aspecto / Componentes

8.1/10

Diversión

7.0/10

Rejugabilidad

6.0/10

A favor

  • El precio. Un auténtico chollazo si tenemos en cuenta sus materiales.
  • Fantástica opción si buscáis un juego de mesa para introduciros en el mundillo o si queréis enganchar a algún amigo o familiar.

En contra

  • No escala del todo bien. No lo recomendaría jugar a cuatro jugadores porque se vuelve demasiado azaroso.
  • Esas mecánicas sencillas son a su vez su mayor defecto. En pocas partidas habrás visto todo lo que te ofrece.

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